Hoy en día coexisten una gran variedad de tipografías. A las clásicas como la helvética se le han ido sumando otras tipologías gracias al desarrollo de la informática. Cualquier persona con formación en diseño gráfico es capaz de crear su propia tipografía. Esto resulta muy útil en los proyectos de diseño. Para utilizar una tipografía en una campaña, habitualmente se deben pagar unas tasas de uso, por lo que si las creamos nosotros mismos nos ahorramos esa inversión. Si no somos capaces de realizar esta tarea o no tenemos tiempo, existe un gran catálogo de tipografías a nuestra disposición. Así nos aseguraremos un éxito inmediato si somos capaces de elegir la adecuada. En este post vamos a evaluar las más comunes, para que puedas distinguirlas y aplicarlas de la manera más coherente posible.
Tipografías más comunes
Tradicionalmente se han separado las diferentes tipografías en familias. Dichas familias atienden al estilo, la aplicación o la forma de las letras verticales. Sin embargo, hoy en día existe tal cantidad de alternativas, que se podría hacer una distinción casi tajante entre las tipologías clásicas y las modernas, surgidas gracias a la digitalización.
Tipografías Serif
En este tipo encontramos algunos de los clásicos de la impresión, aquellas tipografías en las que se imprimieron las primeras obras maestras. La tipografía más común es la tipografía italiana o romana. Esta tipografía se lee de manera sencilla, un rasgo heredado de su origen en la Edad Antigua. Por ejemplo, la letra "Times", una de las más usadas en periódicos y revistas. Esta letra evolucionó hasta lo que llamamos "letras romanas modernas". Se reconocen por su combinación de trazos gruesos y finos, algo presente en letras como "Bodoni". Otra categoría de letra antigua es la egipcia, con remates cuadrados en los bordes. Se utilizan incluso hoy día para cartelería y títulos de párrafos. Si necesitas algo así, prueba con "Clarendon".
Tipografías lineales
En este apartado nos metemos de lleno en la modernidad, con letras geométricas que huyen de los remates y los adornos, prefiriendo priorizar las siluetas y la simetría. No son precisamente agradables de leer en textos largos, por lo que es mejor utilizarlas en carteles o títulos. Puedes descubrir esta tipología probando con la "Kabel" o la "Futura". A diferencia de las geométricas, las neo grotescas sí que buscan algunas modulaciones y efectos ópticos. Tampoco tienen serifas (remates), lo que facilita la legibilidad. En esta tipografía incluimos a leyendas de las fuentes de texto como la "Helvética" o la "". Muy de este estilo son también las fuentes humanistas, que también rechazan los remates en los extremos. Se trata de un ejemplo de tipografía orgánica y funcional, ya que son muy aptas para lecturas largas. Entre las más conocidas encontramos a "Gill Sans", la cual se encuentra frecuentemente en procesadores de texto por ordenador.
Letras cursivas
Este tipo de letra no se refiere exactamente a las formato cursiva exclusivamente, sino que hace referencia a las que se inspiran en la escritura manual. Son letras fluidas y moduladas que reflejan este origen artesanal. Encontramos en esta categoría a las letras gestuales, que parten de la letra escrita, pero han sido modificadas para adaptarlas a la digitalización. Resulta muy evidente este hecho si prestamos atención a la letra "Mistral", por ejemplo, que suele utilizarse en cartas e invitaciones. Mejor conseguidas que las gestuales están las letras caligráficas. Imitan la escritura manual de los antiguos pergaminos y libros medievales, aunque guardando ciertas reglas en cuanto a dimensiones y espacios. Letras como la "Commercial Script" nos permiten evaluar la creatividad en los remates y las florituras. Más adelante encontramos otro movimiento revival de la caligrafía medieval, la reivindicación de las letras góticas. Letras como la "Fette Fraktur" presentan un cuerpo mucho más estructurado en cuanto a morfología que las letras caligráficas. Esta diferencia hace que esta tipología sea mucho más legible en textos largos que la anterior.
Otras tipografías
Por último encontramos las tipografías decorativas, un formato que ha surgido siempre ad hoc para cumplir las demandas de un determinado proyecto. Así, podemos crear una letra con un fin específico y sin necesidad de atender demasiado a criterios de legibilidad. Este tipo de tipografía decorativa está muy presente en los logos de las marcas, que a menudo buscan representar la palabra más como una imagen que como una sucesión de caracteres. Echando un vistazo a tipografías como la "Shotgun" o la "Hobo" entendemos para qué se puede utilizar esta tipografía. Estas nos recuerdan a fuentes de texto similares en títulos de películas, por ejemplo. En este aspecto tiene mucho que decir la tipografía tecnológica, que evoca un contexto futurista en el que la tipografía es pura funcionalidad y solo existe la caligrafía digital. Sin duda existe un mar de opciones cuando se trata de fuentes de texto. Tanto si prefieres el clasicismo de la helvética como si te decantas por las nuevas tendencias, siempre encontrarás la fuente que necesitas para tu proyecto. Y si no tienes suerte, ¡puedes hacerla tú mismo!
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